ROTURA FIBRILAR O TIRÓN MUSCULAR
Es la rotura mínima de algunas fibras musculares, normalmente producido por un estiramiento forzado. La diferencia con la elongación muscular es que, a pesar de que en ésta se produce el estiramiento de un músculo, no hay rotura de fibras, es decir, no hay lesión anatómica.
El pronóstico será distinto, ya que la recuperación será mucho más rápida en la elongación. Un tirón muscular aparece de forma súbita, con sensación de dolor agudo, como un pinchazo, que impide la continuación de su deambulación o carrera. El dolor puede señalarse con un dedo, sobre un punto determinado.
La actuación ha de ser de reposo y aplicación inmediata de hielo durante 10 minutos cada hora, aproximadamente, efectuar masaje de tipo drenante y vaciaje desde la zona lesionada, sin tocarla, hacia el corazón.
En el tirón observaremos, a las 24 horas, la aparición de una equimosis por debajo de la zona lesionada, signo de hemorragia por rotura de algunas fibras, mientras que en la elongación no aparece.
Factores predisponentes para la rotura fibrilar:
Existen varios factores que predisponen a las roturas fibrilares:
• Músculos sobrecargados o fatigados (exceso de actividad deportiva)
• Mala preparación muscular (entrenamiento deficiente o mal calentamiento)
• Desequilibrio muscular entre agonistas y antagonistas
• Músculos tensos (no permiten alcanzar la máxima amplitud)
• Esfuerzo realizado en ambiente frio (son menos contráctiles)
• Edad (mayor riesgo entre los 30 y 50 años)
• Consumo de alcohol y tabaco